Cirugías Menores
Los procedimientos realizados en cirugía menor solo requieren de anestesia local o troncular, no se utiliza sedación, no es necesario ayuno ni exámenes o estudios pre-operatorios y son procedimientos ambulatorios.
Cirugías más comunes
La cirugía menor comprende una serie de procedimientos quirúrgicos sencillos y generalmente de corta duración, realizados sobre tejidos superficiales y/o estructuras de fácil acceso, bajo anestesia local, que tienen un riesgo bajo y tras los cuales no se esperan complicaciones posquirúrgicas importantes. Entre los problemas que suelen resolverse con una cirugía menor:
Aspectos a Tomar en Cuenta
Protocolizar la cirugía menor ayuda a reducir la tasa de derivación a la atención especializada, mejora la accesibilidad del paciente al sistema sanitario, resta el tiempo de espera y aumenta la actividad y la capacidad resolutiva de la atención primaria.
Es de suma importancia que el personal de enfermería se prepare adecuadamente para poder atender con eficacia a los operados ambulatorios de procesos menores, puesto que les permite identificar previamente los riesgos potenciales de infecciones y complicaciones, así como centrar su trabajo en la modificación de éstos.
Este tipo de cirugías se realizan en los centros de atención primaria por los médicos de familia, los cuales realizan el diagnóstico diferencial y valoran las posibles formas de tratamiento. Durante la primera consulta, el médico valora la indicación o contraindicación quirúrgica del paciente y si es factible realizarla en el centro de salud. Una vez admitido, se le informa de los riesgos que conlleva la intervención y de las posibles complicaciones, y se le entrega el consentimiento informado para que lo firme. En la segunda consulta se llevará a cabo la intervención de cirugía menor por parte de un equipo formado por un médico y una enfermera.
La anestesia que se emplea en este tipo de cirugía es loco-regional, empleándose diferentes fármacos anestésicos. Dentro de la cirugía menor se realiza técnicas de anudado con diferentes tipos básicos de sutura, corte y disección de tejidos, manejo de los tipos más frecuentes de heridas cutáneas, extirpación de quistes e infiltración de anestésicos.
¿Qué es una uña encarnada?
Cuando una uña del dedo del pie se encarna, la uña se dobla hacia abajo y crece enterrándose en la piel, por lo general en los bordes de la uña (a los costados de la misma). Este “enterramiento” de la uña irrita la piel, a menudo provocando dolor, enrojecimiento, hinchazón y calor en el dedo del pie.
Si una uña encarnada causa una fisura en la piel, pueden entrar bacterias y provocar una infección en el área que a menudo se caracteriza por tener secreciones y producir mal olor. Sin embargo, aunque el dedo del pie no produzca dolor o esté enrojecido, hinchado o caliente, una uña que se dobla hacia abajo y penetra en la piel puede llegar a convertirse en infección.
Entre las causas de una uña encarnada del dedo del pie se incluyen:
Factores hereditarios – En muchas personas, la tendencia a padecer uñas encarnadas del dedo del pie es un factor hereditario.
Traumatismo – En ocasiones, una uña encarnada del dedo del pie es el resultado de un traumatismo, tal como tropezar el dedo contra algo, o que algún objeto caiga sobre el dedo del pie o realizar actividades que involucren presionar repetidamente los dedos de los pies, tales como patear o correr.
Cortar las uñas de manera inapropiada – La causa más común de las uñas encarnadas es cortarlas demasiado. Esto promueve que la piel adyacente se doble sobre la uña.
Calzado de tamaño inadecuado – Las uñas encarnadas pueden ser el resultado de usar medias y zapatos que le queden demasiado apretados o pequeños.
Padecimientos de las uñas – Las uñas encarnadas pueden ser provocadas por problemas de la uña, como infecciones micóticas o perder una uña debido a traumatismo.
Instrumentos Médicos
En la Clínica Hispana contamos con todo el instrumental quirúrgico, su manejo y su mantenimiento. La calidad, el estado y el tipo de instrumentos son especiales para efectuar una técnica quirúrgica segura.
Los instrumentos básicos recomendados que se utilizan para la cirugía menor son:
Bisturí – Permite efectuar corte preciso sobre la piel y otros tejidos y realizar disección no roma de los tejidos. Se debe disponer de un mango del número 3 con hojas del número 15 y 11. La hoja del bisturí se acopla sobre el mango en una posición única, haciendo coincidir la guía de la hoja con la del mango.
Portaagujas – Estos tienen las hojas de las puntas especialmente diseñadas para tomar las agujas con precisión y seguridad. La aguja se toma por una zona entre el tercio medio y el posterior de ésta. Se debe disponer inexcusablemente de un porta estándar pequeño o mediano (12 a 15 cm) con una punta capaz de manejar agujas de hasta 4/0; no son de gran utilidad los portaagujas largos. Es muy importante no emplear el porta para manipular otros materiales que no sean la aguja o el hilo.
Tijeras – Permiten realizar tanto cortes de tejidos y materiales (suturas, vendajes, etc.) como la disección de los tejidos. Se debe disponer de unas tijeras de corte (de Mayo) curvas de punta roma, de 14 cm de largo, y de unas tijeras de disección (de Metzembaum) curvas de punta roma, de 11,5 cm de largo. En ningún caso se emplearán las tijeras de disección para cortar materiales.
Pinzas de disección – Se emplean para sujetar, traccionar y hacer presa en los tejidos o en materiales quirúrgicos como hilos de sutura. De los diferentes modelos existentes, en cirugía menor se debe disponer de unas pinzas de Adson con dientes, de 12 cm de largo para manejar la piel, y de una pinza de Adson sin dientes para la retirada de puntos; en su defecto, se emplearán unas pinzas de tipo estándar pequeñas, con y sin dientes.
Pinzas de hemostasia – De los diferentes modelos existentes, en cirugía menor se debe disponer inexcusablemente de 2 o 3 pinzas de mosquito curvas sin dientes de 12 cm. Se emplearán para hacer tracción de los tejidos, para hacer hemostasia y, en algunos casos, para hacer disección cuando no dispongamos de unas tijeras pequeñas.
Separadores – Permiten exponer el campo quirúrgico, mediante la separación o retracción de los bordes de la herida. De los diferentes modelos existentes, en cirugía menor se debe disponer de un separador, por lo menos, idealmente del tipo de doble uso, o Senn-Mueller. Una alternativa barata consiste en doblar la punta de una aguja intramuscular (21 G) como si fuese un gancho simple.